viernes, 6 de marzo de 2009

Despertar....



Aquel día algo nuevo comenzaba.... Lo supo desde que despertó esa cálida mañana en que volvió a visitar la frontera que la separaba de su mar querido. Lugar tantas veces recorrido en ocasiones anteriores, pero que relucía esta vez bañado con miles de colores nuevos y especiales. Las olas jugaban entre sus pies y salpicaban sueños espumeantes de sirenas aún atrapadas en las aguas sobre aquella esbelta figura que representaba la más absoluta libertad, el astro rey de todas ellas, mito viviente que había conseguido huir del mar en busca de una vida mejor.

Esa fue la primera vez que fue consciente de la belleza que la propia tierra encerraba en sus entrañas y que era capaz de generar delicadas formas incomprensibles en todo aquello que crecía sobre su superficie. Cálidas curvas femeninas emergían de las plantas que despertaban del gélido invierno. Suaves siluetas ondeantes dibujaba la espuma que el mar vertía anhelante como un chiquillo sobre la tierra.

Aspiró ese perfume aún desconocido. Sintiose más viva que nunca y pensó que todo aquel mundo ya le pertenecía. Fundió su respiración con la del mar acompasando su ritmo interior al del mundo al que pertenecía. Le sobrevino repentinamente una sensación de infinidad y de comunión con la propia vida como nunca antes había sentido ni volvió despues a ser capaz de emular. Por un momento se sintió capaz de todo. Se supo capaz de embrujar a cualquier ser vivo que rozara su cuerpo con solo acariciarlo, y comprendió que sería capaz de anular la voluntad de cualquier ser humano que la contemplara, pues había sido elegida para encarnar la más desgarradora de las purezas, y la belleza más gélida y ardiente al mismo tiempo que ningún hombre había sido siquiera capaz de imaginar....


Y disfrutó de aquella plenitud como nunca antes había hecho. Fue, quizás, esa mañana, uno de los momentos más bellos que recuerda nuestra sirena. Ningún otro instante pudo nunca igualar tanta pureza, tal belleza de forma, ni conseguir calmar su espíritu blanco que despertaba a una época nueva...


Que despertaba de nuevo.....antes de volver a callar, durmiente....


Shhh......dejémosla despertar, pues es como un niño que nace por vez primera....

miércoles, 4 de marzo de 2009

Más y más alto....




Cálidamente fue arropada por toda la ilusión puesta en una vida nueva. Lo que siempre hubo deseado y el motor que la condujo a tomar la decisión más importante de su vida. Abandonar. Abandonarlo todo y dar el temido paso adelante. Entrar en contacto con esta atmósfera contaminada, desconocida y hostil a su avance....

Fueron muchos los intentos fallidos para convertirla en un casi ser humano confiado y dulce. Comienzos llenos de espinas consiguieron volverla reticente a aceptar ojos extraños en su camino. Sin embargo, hubo algo en aquella silueta desconocida, aquella manera de mirarla, aquellos grandes ojos que parecían tan distintos a todo lo demás, que lentamente recorrieron todos y cada uno de los rasgos de su blanco rostro. Algo que nunca alcanzó a explicarse la conmovió profundamente y creyó saber que ese era el momento elegido. Poco a poco fue renunciando cálidamente a aquel rechazo que lo desconocido le producía.
Comenzó a sentir todo aquello que la madre océano le había negado desde el comienzo.

Y fueron no pocas las ocasiones en las que esta dulce sirena lloró, lloró aterrada por la sola idea de que tal ilusión desapareciera para siempre.....

Pero finalmente no encontró otro remedio que confiar. Confiar en aquellos ojos que parecían hablarle con toda la sinceridad del corazón valiente que encerraban.

Y así ocurrió. No podía ser de otro modo.

Creyó, suspiró y confió. Nunca más volvió la mirada al mar que ahora abandonaba definitivamente. Puede decirse que en ese momento se volvió completamente humana. Cometió los mismos errores que cualquier niño. Cerró los ojos y no pensó en el peligro. Escuchó palabras dulces, promesas y siguió construyendo......más y más alto....

domingo, 1 de marzo de 2009

Y ahora ella....






Aquel día ella comprendió que todo aquel mundo nunca había existido. Su débil corazón de sirena había creado todas aquellas maravillas tan sólo para poder sobrevivir en un mundo hostil en el que ya no deseaba habitar.... Ese día, sin quererlo, comprendió que el ser humano es mezquino, que nadie arriesgaría los cimientos de su vida sólo por una bella sirena, de piel blanca y grandes ojos sinceros.... Aquel día comprendió, por la fuerza, que los lobos la despedazarían sin piedad si no aprendía a protegerse. Luchó, luchó contra ella misma y sus fantasmas, luchó y lloró mil noches, pues no quería convertirse en uno de ellos. No quería convertirse en uno de esos espectros grises alienados por su propia existencia......no quéría dejar de sentirlo todo tan profundamente ni dejar de conmoverse cada día,ni dejar de oscilar de un polo al opuesto en cuestión de minutos, ni tampoo no volver a temblar de emoción con el contacto de cada uno de los aromas que la arropaban cada día.....no quería, por dios, no quería!! Es que nadie podía oirla? Es que nadie era capaz de percibir tal sufrimiento interior? Cómo todas esas sombras podían pasar a su lado cada día sin estremecerse por su dolor? Pero qué otra opción quedaba a esta pobre sirena? Qué podía ella hacer si no era convencerse finalmente de que tanta crueldad era real y palpable en ese mundo al que ya no deseaba pertenecer.....


Era aquí donde había sido destinada por fuerzas ya incomprensibles a pasar el resto de sus días, y era con este mundo con el que debía fundirse y mimetizarse.


Así que reunió con cuidado todo su dolor, y lo fue transformando amorosamente, pasando de la rabia a la frustración, y luego a la apatía, al desencanto, y finalmente a la (casi) indiferencia.....


Pero nunca más volvió a creer en el ser humano a partir de ese día. Desde ese momento sintió una franca repugnancia por tal especie cruel y despiadada. Cobarde e hipócrita, tan sensible a los instintos carnales, pero tan falsa y voluble en su interior.


Queda por tanto esta introducción a disposición de aquellos lectores de los textos precedentes, sin otro objeto que el de mostrar que todo ha de ser juzgado siempre desde todos los puntos de vista posibles. Nuestra sirena no es mala, no es mezquina ni orgullosa. Es simplemente, otro de esos seres atormentados que decidieron no sufrir más por ningún otro semejante....


No la juzguen, pues, injustamente......ella es como todos, al fin.