martes, 23 de septiembre de 2008

Materia especial...




- Pero yo soy especial, te digo. Por favor, tienes que creerme! - suplicó.

A lo que ella, sin levantar la vista del suelo contestó pausadamente: - No te he preguntado eso. No quiero saber si eres especial porque ya sé que no lo eres. Hace tiempo que mis ojos no creen ya en el ser humano. Hace tiempo que mis manos no se entregan como antes. Y hace tiempo que he dejado de esperar. Ya no busco nada... Así que, hazme caso, mira bien este mundo, adéntrate en las profundidades de tantas almas como puedas, y díme si atisbas a ver algo distinto a las demás en alguna de ellas. No lo conseguirás. Te lo adelanto. Somos hijos de la misma carne. Somos materia voluble e incierta. Nada acertarás a ver. Y cuando te hayas convencido de ello, vuelve. Vuelve y hablaremos largo y tendido, si quieres, pero presiento que será entonces cuando de verdad sobren las palabras...